top of page

I'm a paragraph. Click here to add your own text and edit me. It’s easy. Just click “Edit Text” or double click me to add your own content and make changes to the font. I’m a great place for you to tell a story and let your users know a little more about you. This is a great space to write long text about your company and your services. You can use this space to go into a little more detail about your company. Talk about your team and what services you provide.

Let your users know a little more about you.

DONATE NOW
FIND OUT ABOUT EVENTS
Stop Violence

10.17.2023, 02:00 PM

In House Session
10.17.2023, 02:00 PM
Women Project
10.17.2023, 02:00 PM

I'm a paragraph. Click here to add your own text and edit me. It’s easy. Just click “Edit Text” or double click me to add your own content and make changes to the font. Feel free to drag and drop me anywhere you like on your page. I’m a great place for you to tell a story and let your users know a little more about you.

​This is a great space to write long text about your company and your services. You can use this space to go into a little more detail about your company. Talk about your team and what services you provide. Tell your visitors the story of how you came up with the idea for your business and what makes you different from your competitors. Make your company stand out and show your visitors who you are.

 

At Wix we’re passionate about making templates that allow you to build fabulous websites and it’s all thanks to the support and feedback from users like you! Keep up to date with New Releases and what’s Coming Soon in Wixellaneous in Support. Feel free to tell us what you think and give us feedback in the Wix Forum. If you’d like to benefit from a professional designer’s touch, head to the Wix Arena and connect with one of our Wix Pro designers. Or if you need more help you can simply type your questions into the Support Forum and get instant answers. To keep up to date with everything Wix, including tips and things we think are cool, just head to the Wix Blog!

JOIN THE PROJECT

I'm a paragraph. Click here to add your own text and edit me. It’s easy. Just click “Edit Text” or double click me to add your own content and make changes to the font. Feel free to drag and drop me anywhere you like on your page. I’m a great place for you to tell a story and let your users know a little more about you.

​This is a great space to write long text about your company and your services. You can use this space to go into a little more detail about your company. Talk about your team and what services you provide. Tell your visitors the story of how you came up with the idea for your business and what makes you different from your competitors. Make your company stand out and show your visitors who you are.

HOST AN INFORMATION SESSION

Transmilenio, acosos y descargas eléctricas

“Las mujeres no debemos esconder estas historias porque no son nuestra culpa, no debemos sentirnos avergonzadas de que nos pasen estas cosas”, dice Luisa Castellanos quien ha sufrido y visto todo tipo de acosos en el servicio de transporte masivo Transmilenio.

Por: Manuel L. Fonseca

Luisa Castellanos iba en el vagón posterior del Transmilenio, sentada en la silla de la esquina diagonal a la puerta, pensando en sus cosas: parciales, en su novio, que iba tarde a clase. Un hombre se sentó a su lado, otro se hizo delante de la baranda a la que daba su silla. El miedo creció tan rápido que ella solo pudo clavar la mirada al suelo y pensó: “¡Jueputa, me van a atracar!”.

 

Luisa recuerda con claridad que el hombre sentado a su lado le dijo “¿Tienes miedo?”. Aunque obviamente estaba muerta del susto respondió muy segura que no. Él se volteó hacia ella y le dijo “pero tú estás muy bonita”, Luisa sacó sus audífonos y puso la música a todo volumen. Eso no fue suficiente. El sujeto le jaló los audífonos y repitió: “estás muy bonita”. Se sintió acorralada, intentó salir pero él no la dejó. El otro tipo, el que estaba delante de la baranda, solo miraba con gusto. “Me tengo que bajar acá”, dijo Luisa con la voz resquebrajada. “Pero dame un beso”. “¡No!”, respondió ella, pero el hombre ya se había lanzado a darle un beso en la boca. Luisa lo empujó con todas sus fuerzas y aprovechó que las puertas se abrieron para salir del vagón. Apenas se cerraron, el susto, la impotencia y la ira se transformaron en lágrimas.

 

Luisa es estudiante de maestría en Ciencias Biológicas de la Universidad de los Andes. Al verla de frente resaltan su amplia sonrisa, unas gafas de marco delgado que cubren sus ojos e incluso un poco los pómulos, y su cabello negro, largo y ondulado. A sus 23 años, esta mujer ha sido víctima de abuso y ha visto todo tipo de acoso en el transporte público capitalino. Como por ejemplo, cuando un ejecutivo le tocó la cola y apretó su nalga con fuerza, o ver a un hombre masturbarse en una silla delante de todos y tener que seguir en el bus por ser el último servicio. Incluso, un hombre en sudadera que olía nauseabundo y que restregaba su erección contra su cuerpo mientras ella dormía. Estos recuerdos le generan indignación y sed por castigos ejemplares.

 

Así como ella, diariamente son muchas las mujeres víctimas de toda la barbarie producto del machismo. Pero hay un tipo de comportamiento igual de preocupante que pasamos por alto y lo tenemos naturalizado en nuestras costumbres: el micromachismo, término acuñado por primer vez en 1990 por el argentino Luis Bonino, es simple y llanamente un machismo de menor intensidad, que suele pasar inadvertido en el diario vivir y por ello en la mayoría de los casos es aceptado por la sociedad. Bonino se refiere a este machismo ‘invisible’ como comportamientos que son especialmente ocultos para las mujeres que los padecen.

 

Un ejemplo que ha rondado en las redes últimamente, especialmente en el Reino Unido, es la famosa tendencia del ‘manspreading’. Este término es básicamente una crítica a los hombres que al sentarse en un espacio público, abren las piernas ‘en un ángulo de 120 grados’. Lo que esto indica es que el hombre puede ocupar mucho más espacio del que necesita, sin importar que absorba el de los demás, pero si una mujer lo hace es de mal gusto. Esta controversia ha lanzado un sin fin de campañas contra este comportamiento, como ‘#YourBallsAreNotThatBig’ (tus pelotas no son tan grandes), que buscan cambiar estas pequeñas situaciones de la cotidianidad para que haya más igualdad entre géneros.

 

Además el tema se vuelve aún más complejo, porque por ejemplo, a los hombres, también los acosan sexualmente. Muchos se ríen, dicen: “Ay tan llorón, antes lo manosearon” y lo ignoran, pero la verdad es que es un tema incómodo del que ningún hombre quiere hablar. “Él dice que prefiere no contar esa historia porque cuando lo hace las personas se burlan de él” comentó Luisa al narrar cómo, a un compañero de trabajo, una señora le agarró ‘el paquete’ sin disimulo y él, al protestar, logró junto a otros jóvenes, bajar del bus a “la pervertida”.

 

Otra abuso es el de ‘rayar’ a las personas en los transportes públicos, en donde una persona frota sus genitales contra los demás pasajeros excusándose en que está lleno. Carlos Bravo, aspirante a título de doctor en ingeniería biomédica de la Universidad de los Andes, es uno de los que rechaza estas acciones ya que alguna vez le tocó o mejor dicho: lo tocaron. Mientras él iba sentado, un sujeto, sin saber qué tanta intención tenía, le rozó sus genitales en el brazo. “Así sea sin intención me parece repaila. Cuando uno queda en posición rayadora pues uno saca cola”.

 

Este tipo de historias han abierto una polémica enorme en el último mes por una propuesta que se ha debatido en el Concejo de Bogotá, que busca promover que las mujeres tengan uso preferencial de las sillas rojas con el argumento de que “más mujeres sentadas, son más mujeres protegidas”. El concejal Marco Fidel Ramírez, autor de la propuesta, cree firmemente que las mujeres son más vulnerables, ya que al estar de pie están en “inminente y continuo riesgo de ser víctimas de acoso sexual”. La polémica se centra en que en vez de solucionar el problema de raíz con campañas pedagógicas y castigos ejemplares contra los abusadores, las iniciativas que surgen en los organismos distritales apuestan por ‘pañitos de agua tibia’. En el 2014, durante la administración de Gustavo Petro, implementaron un vagón de uso preferencial para las mujeres, que en otros términos, las segregaba por ser más vulnerables.

 

Luisa está obligada a tomar TransMilenio todos los días para llegar a la universidad, inicialmente porque es el transporte más rápido, pero también porque cuando quiso cambiar a la bicicleta, se la robaron. Aunque está ahorrando para comprar una moto y evitar volver a usar el sistema de transporte masivo, esta propuesta de las sillas para las mujeres le parece nada más que otra forma de discriminarlas: “es como si dijeran, aislemos a las mujeres porque son víctimas”. Al igual que Luisa, otras mujeres como Ingrid Rodríguez, usuaria habitual de TransMilenio, creen que no es justo que le quiten la silla a cualquier persona para dársela a una mujer.

 

Más allá de si ella está de acuerdo o no con este tipo de propuestas, Luisa promueve que las mujeres no deben esconder este tipo de historias, primero porque no es culpa de ellas, y segundo, porque es necesario corregir estos comportamientos. No obstante, lo que más le indigna a esta mujer es que cuando estos actos de acoso suceden, ya sean grandes o pequeños, nadie hace algo al respecto. Por ejemplo, en el caso cuando Luisa iba dormida y un hombre estaba frotando su erección contra su cuerpo, lo que más le dio ira fue que ninguna de las personas intentó despertarla o decirle. Cuando ella despertó el hombre se volteó a hacerle lo mismo a otra joven. Luisa no lo toleró. Empezó a gritar a los demás pasajeros “¡que asco ustedes que no me dijeron!”, y despertó a la otra pasajera.

 

Bogotá es considerado un monstruo en cuanto a movilidad, en tan solo un día la Secretaría de Movilidad reportó que se llegan a desplazar unas dos millones de personas en el sistema masivo de TransMilenio. En 2016 la Policía detuvo a 176 hombres por acoso a mujeres en los buses articulados. Una cifra bastante corta para todos los casos que se presentan en las 133 estaciones y los 1.765 buses que tiene el sistema pero que no llegan a ser denunciados. Según encuestas realizadas por la Secretaría de la Mujer un 64% de las mujeres que usan el servicio se ha sentido víctima de alguna agresión sexual. Pero al igual que Luisa, muchas no hicieron una denuncia formal, ya sea porque no habían policías cerca donde ocurrió el acoso, o porque no saben la información que les piden, como nombre del atacante, descripciones físicas, entre otros.

 

Luisa optó por comprarse un taser. Este aparato, que le costó unos 60 mil pesos en Mercado Libre, genera descargas eléctricas para inmovilizar a cualquier delincuente. Esta fue su decisión ante los abusos y la imposibilidad de denunciar a sus agresores.

Discursos ocultos en los Andes

Tres estudiantes de la Universidad de los Andes se reúnen para conversar de los sexismos sutiles en sus vidas cotidianas como universitarios. En la mesa se habla de por qué llamarlos así, de sus implicaciones y de lo importante que es darse cuenta de que este fenómeno es latente en la universidad. 

Por: Efraín Rincón

Micromachismos: discursos ocultos en los Andes - Efraín Rincón
00:00 / 00:00

Durante un día estuvimos registrando la percepción de hombres y mujeres sobre diferentes situaciones que ocurren en los restaurantes cuando salen a comer con sus parejas o personas del sexo opuesto.

Los registros se tomaron en la Zona G, un lugar de restaurantes al norte de Bogotá. Identificamos a las mujeres con el color rojo y los hombres con color amarillo, estas fueron las respuestas:

De las veces que recuerda haber ido a un restaurante con una persona del sexo opuesto, ¿generalmente a quién le entregan la cuenta?

Datos: un día en la Zona G

Por: Camila Jaramillo

Podcast
Datos
bottom of page